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Reflexión
Todos los seres humanos sentimos
la necesidad de ser escuchados, ya sea para transmitir nuestras ideas y
pensamientos, para dar enseñanza o bien porque necesitamos de ese bello don que
tenemos como es la comunicación.
Este pequeño escrito lo hago con
el fin de expresar ese pensamiento que todo ser humano siendo creyente,
sabiendo que hay un Dios, un ser Todo poderoso al cual debemos reconocer,
recurrir a Él ya sea para pedir siempre sus favores en oración o para adorarle,
y es que hay muchos motivos para hacerlo.
Siempre he sentido la necesidad
de escribir lo que siento para que algún día alguien lea estas líneas y piense
en Dios, quien nos creó. Ya sé que tenemos nuestros predicadores, nuestros guías
espirituales a quienes debemos escuchar, pero nunca está de más escuchar a
quien hable bien de nuestro Padre Dios y es que hablar de Él es para quien cree
algo muy especial, muy importante, pues su palabra nos transmite el amor, la
esperanza y esos principios importantes para nuestra vida, pero por sobre todo
la paz espiritual, la paz del alma que tanta falta hace en este tan
convulsionado, tan confundido por el materialismo, la falta de amor y
convivencia familiar, pues en hogar es donde nacen esos valores fundamentales.
Ningún ser humano puede prescindir
de la existencia de nuestro Supremo Dios, pues aunque muchas personas
califiquen de “buena suerte” a todas las cosas buenas que reciban en sus vidas,
la verdad es que en todo momento Él nos tiene en cuenta aunque muchos de sus
hijos no lo tengan en cuenta contamos siempre con un padre que nos cuida, un
Padre que siempre está a nuestro lado para guiarnos y protegernos de todo mal,
por eso debemos buscar sabiduría, pues ella proviene de Dios y cuando la
encontremos, cuando la tengamos, cuidémosla como tesoro, hagamos de ella un
bello adorno, porque ella instruye nuestra lengua, frena impulsos, corrige
malos deseos, aplaca la ira, enriquece el amor, amplia la prudencia y todas las
cosas buenas para bien del hombre las transmite la sabiduría que viene de Dios
Por:
Gloria Rodríguez
Consejo para hablarle a tu hijo
Para hablarle a alguien tú no
necesitas gritar, pues mientras más bajas la voz, más atención te prestará.
Si le vas a hablar a un niño, no
necesitas gritar; tampoco si le vas a llamar la atención o “regañar”; Asimismo,
si le vas a enseñar algo o pretendes transmitirle un buen consejo o enseñanza;
pues él se fijará más en el tono bravo de tu voz, que en el sentido de tus
palabras o en el contenido de tu mensaje, y por esta razón tendrá miedo y
temor, y no podrá asimilar lo que tu pretendes enseñarle.
Baja la voz y háblale con cariño
y buena voluntad, pues esto hará que el sienta amor en esa enseñanza que tú le
estas transmitiendo, y de una mejor manera se grabará las cosas buenas que tú
quieres que el aprenda, asimismo, al ganarte el cariño verá en ti un guía y
procurará siempre acudir a ti porque sabrá que con cariño tú le enseñarás sin
perder la paciencia.
Y con esa misma paciencia cuida
bien la época del “por qué” ya que todo niño siempre querrá saber la razón de
todo, y por eso tiene siempre un “¿por qué?”.
Con cariño y con respeto
lograremos que nuestros hijos tengan una infancia feliz que les dará seguridad
en la vida.
Por:
Gloria Rodriguez
Dedicatoria
Podrás crecer y madurar,
Podrás también envejecer,
Pero tu alma de niño en ti perdurara,
Tu infantil aspecto, tu tierna figurita,
De mi mente jamás se borrará,
Vas creciendo con todo tu vigor,
También tu alma crece y no queda en el vacío el consejo de
tus padres y todo nuestro amor,
Por eso hoy te digo que tienes bendiciones,
Pues cual capullito llenaste nuestras vidas de amor y de
alegrías y no nos dabas tiempo de entristecer jamás,
Hoy pido bendiciones al Todopoderoso, que guie tu camino y no
te falte amor.
Dedicado a mis hijos
Gloria Rodriguez.
¿Cómo soy? - Canto
Que por que soy tan gordo
Que por que no soy mas alto
Que por que no soy rubio
Que por que mi piel es negra
¿Por que, Por que, Por que?
Así como soy me quiero
Por que así me hizo Dios
El alma y el corazón
Tienen el mismo color
En rubios, en negros
En gordos, en flacos;
En altos y bajos
Importa es la esencia, de ciencia y conciencia
De ser y de amar
Así como soy me quiero pues así me hizo Dios.
Por:
Gloria Rodríguez
Lágrimas de amor
¿Sabes quién llora hoy? No lo
sabes aun. No sabes aun quien soy y porque hay un lamento, hay un dolor muy
grande.
Y es que sucede que he sido
maltratado, he sido rebajado, he sido humillado y mucho más porque también he
sido utilizado.
Quien hoy aquí se queja vive lánguidamente,
pero se empeña en vivir aun en la aridez, aun en la pobreza, y ante la
adversidad prospera, lucha y se fortalece a veces con solo unas migajas; y no
creas que hablo de persona alguna. Hablo de ese algo que en ella debe habitar.
Hablo del amor. Si, esa palabra
tan despreciada que hoy ha perdido su valor.
A esta que es más que una palabra
le dan un sentido malo y retorcido, se explota y se utiliza cuando en realidad
es grande.
Ella marca al hombre para bien.
Por ella vino Dios al mundo para
salvarlo y rescatarlo del maligno haciéndolo reflexionar.
Podría calificarse como un
sentido, si un sentido de bondad; quien lo profesa lo vive en alegría y paz, también
en armonía porque con él se sueña y causa lucidez.
Y si sientes ese aprecio tan
grande, llamado amor, haz tu mismo que no muera, que viva para siempre en el
fondo de tu ser y serás recomenzado con más amor. Cultívalo por siempre, porque
sin ese sentimiento el hombre no lo es.
Amor a nuestros hijos quienes a
su vez son amor, son muestra de amor puro, amor viviente que se manifiesta con
bondad.
Amor por nuestros padres, hermoso
y casi celestial, pues a ellos el Señor eligió para darnos la vida que a Él
debemos agradecer.
Hagamos todos juntos que cobre su
valor, que sea enaltecido, que tenga su lugar.
El lugar privilegiado que debe
poseer, pues viene de Dios amor sin condición, amor sin interés, amor que a
todos une, que fortalece y llena el alma de esperanza.
Cuando él está presente, supera al
egoísmo, supera la tristeza; pues el trae la alegría, el inunda el alma de
bondad y caridad. Por el hay compasión, hay ternura, hay ilusión. Él es quien
nos enseña a compartir, a perdonar, a comprender y a sonreír.
Cuando algo sacrificas, si es por
amor esto causa alegría pues lograste el bien para alguien muy amado.
Amarte a ti mismo se refleja en
los demás porque al valorarte transmites lo mejor de ti y eso se nota, tus
semejantes también lo harán.
Amor a Dios, al prójimo y a ti
mismo; con esto lograras que él no llore, aremos que sonríe.
Por:
Gloria Rodríguez
Breve relato
Era yo muy joven y trabajaba en la capital, para lo cual tenía
que madrugar demasiado.
Cierto día, a eso de las cinco de la mañana, la calle del
barrio aún muy sola y no muy iluminada por la cual me dirigía a buscar transporte,
cuando dos hombres a pasos largos me alcanzan y uno de ellos me toma por un
brazo, de lo cual logro soltarme y correr, ellos siguen detrás mío y las calles
se ven muy solas aun, cuando a los pocos metros aparece un anciano muy formal
que sin conocerlo me saluda y me habla como si ya me conociera, y cruza conmigo
unas palabras referente a su salud, cuando los dos hombres ven esto, se alejan,
al caminar un poco más con su compañía lo pierdo de vista, lo extraño es cómo,
pues solo en un momento no lo veo más, no supe nada más de él, solo no lo vi más,
pero ya me había acompañado y el peligro había pasado.
Yo resumo con certeza que era aquel hombre un angel, no le
pude dar las gracias, no se despidió, solo no lo vi más.
“a sus ángeles mandará cerca de ti que te guarden en todos
tus caminos”
Salmo 91:11
Por:
Gloria Rodríguez
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